Nuestra historia
Esta extraordinaria aventura comenzó hace muchos años cuando decidimos iniciar nuestra actividad en el ámbito de la remodelación y reconstrucción de edificios deteriorados en la zona histórica de la ciudad.
Nuestros proyectos de arquitectura y diseño de interiores siempre se conciben basados en el concepto de conservar la historia, las tradiciones y el espíritu de los lugares.
En cierto momento, sentimos el deseo de abrir las puertas de nuestras casas para compartir esta visión y valores.
Para nosotros, los portugueses, el deseo de recibir visitantes es algo muy antiguo, que proviene de nuestros antepasados, quienes dejaban las puertas de sus casas abiertas y un plato con comida sobre la mesa para acoger a los viajeros que pasaban.
El 54 Santa Catarina nació de este deseo de crear un espacio mágico en Lisboa que fuera más que un lugar para dormir. Tras una cuidadosa restauración de un edificio de más de 300 años, que casi había sido destruido por un gran incendio, abrimos las puertas en 2014 con solo 9 sofisticados apartamentos, cada uno con una decoración distinta y particular, evocando un personaje ilustre de nuestra cultura.
El 54 São Paulo es nuestra nueva unidad en Lisboa y marca un nuevo nivel de exigencia en nuestra arte de recibir.
Este oasis, situado en la zona ribereña, con un encantador jardín que separa los dos edificios del establecimiento, fue diseñado para crear un ambiente de confort sofisticado y atención de excelencia.
Ahora, tras la compra y rehabilitación del edificio contiguo, el 54 Santa Catarina tiene 11 amplios y elegantes apartamentos, donde alojamos a nuestros huéspedes de una forma muy personal, en un ambiente amigable y relajado.
Las casas en la Comporta están situadas en la costa del Alentejo, en la región donde pasábamos las vacaciones cuando éramos niños y cuya belleza y autenticidad del lugar constituyen un paraíso aún por descubrir. Son casas familiares, de líneas puras y contemporáneas, perfectamente integradas en la naturaleza de los vastos campos de arroz, rodeadas de pinos mansos y playas intactas, donde queremos que se sienta como nosotros nos sentimos: en nuestra casa de playa.